jueves, 13 de octubre de 2011

SIGUIENTES DIAS EN HANOI (muchas fotos perdidas por el camino)

Nos despertamos con el sonido del despertador, sobre las seis y media de la mañana, para poder preparar la mochila para irnos de excursión a Halong Bay, habíamos contratado el tour en el mismo hostel el día anterior. Así que una vez duchados y preparada la mochila nos bajamos a desayunar. Justo cuando acabamos el desayuno apareció el chico que nos haría de guia en la excursión; cogimos la mochila y nos subimos a un minibús repleto de turistas (ya nos habíamos hecho a la idea que en este país solo viajaríamos con extranjeros -cosa que no nos gustó mucho, pero es lo que hay en Vietnam-). Recorrimos varios barrios de la ciudad para ir llenando el minibús y cuando por fin acabamos por completarlo, salimos de la ciudad y, cruzando el rio Rojo, nos dirigimos por campos de cultivo y pueblecitos, a ver esa maravilla de la naturaleza. Una hora y media antes de llegar a nuestro destino hicimos una parada (la típica que te hacen en estos viajes organizados para que compres algo -cosa que no consiguieron de nosotros-); al subirnos de nuevo al minibús, el guia nos comentó que no sabía si nuestro tour se iba a poder hacer, ya que por causas de la subida de las tarifas por parte del gobierno, todos los barcos que hacían ese recorrido estaban de huelga. Aún así decidimos seguir nuestro camino para probar. Al llegar al puerto, pudimos comprobar que, ciertamente, los barcos no iban a salir- todos los barcos estaban varados-, así que después de tres horas de viaje teníamos que volver a la ciudad, haciendo una parada para poder comer. Al cabo de unas horas volvíamos a estar en la calle del hostel, un poco decepcionados, aunque nos comentaron que si al día siguiente no pudiéramos volver, nos devolverían el importe del viaje. Al llegar al hostel los chicos que trabajaban en este se disculparon, prometiéndonos devolvernos el dinero a la mañana siguiente. No tuvimos problema. Salimos a la puerta a fumarnos un cigarro, en ese momento vino Naam (uno de los chicos que trabaja en el hostel), disculpándose por el error del día anterior sobre las habitaciones y por el viaje anulado. Nosotros, aceptando sus disculpas, lo invitamos a un cigarro y allí estuvimos durante un rato hablando e intercambiando información de nuestros paises, quedando al cabo de una hora para ir a tomar un té vietnamita que nos invitó Naam. Al cabo de una hora estábamos preparados para ir a probar ese té y nos encontramos sentados en una de las callejuellas encima de unos minis taburetes de plástico con Naam y el té con hielo (era la primera vez en todo el viaje que tomaríamos hielo que no fuera tratado y nos acojonamos un poco, pero no podiamos rechazar la invitación). Después de tomarnos el té nos invitó a unas cervezas y nosotros encantados por la invitación, aceptamos, subimos los tres en la moto de Naam y nos llevó a través de calles atestadas de motos y gente; al recibir tantas invitaciones las burbujas decidimos invitarlo a cenar y después de cuatro cervezas cada uno (menos la burbuja hembra que fue la primera cerveza entera que se bebía en su vida, y no tomó más), conseguimos convencerlo de que sería un honor que nos aceptara la invitación. Así que otra vez montados los tres en la moto nos dirigimos a un mercado donde había muchos puestos en la calle donde servían Pho (plato de fideos con verduras y pollo), nos sentamos entre vietnamitas y nos comimos uno cada uno. Al acabar, y cansados por todo el viaje, acabamos tomándonos un té al lado del hostel y luego nos fuimos cada uno a su cama, Naam por su lado y nosotros a nuestra habitación. Al llegar a la habitación las burbujas estaban de acuerdo en que ese día había sido más especial con Naam que si hubiéramos ido a ver Halong Bay con un viaje organizado.
A la mañana siguiente nos picaron en la puerta; era la chica del hostel diciéndonos que teníamos al guía de la excursión esperándonos en la recepción, al no habernos asegurado nada el día anterior, decidimos no ir, pero guardar la reserva para el día siguiente; no hubo problema. Así que ese día lo dedicamos a ver algo más de la ciudad. Cuando acabamos el desayuno nos decidimos a ir hacia el Lago que había cerca para pasear y ver un poco más las costumbres vietnamitas. Al salir al portal, nos vió Naam y con una gran sonrisa nos dijo que nos podía llevar, ya que el había quedado con unos amigos, y que el sitio estaba cerca del lago. Así que nos vimos otra vez los tres encima de la moto hacia el lago. Después de darle las gracias nos dimos una vuelta por el lago y decidimos descansar al lado de este; de repente aparecieron dos chicos que estaban intentando aprender inglés con los extranjeros. Después de estar un rato hablando con ellos, se fueron y de allí decidimos volver por las callejuelas al hostel. Cosa que nos costó bastante por que como siempre perlamos y acabamos perdiendonos hasta que aparecimos en el mercado donde la noche anterior estuvimos cenando con Naam, así que desde allí nos volvimos a encontrar y por fin llegamos al hostel. Ese día descansamos y nos fuimos a dormir pronto, ya que si no había ningún problema al día siguiente volveriamos a hacer el viaje de tres horas hasta Halong Bay.
Nos volvimos a levantar a las seis y media de la mañana, duchándonos y desayunando para estar listos a las ocho de la mañana, y a las ocho menos diez ya teniamos al guia esperándonos. Volvimos a montarnos al minibús, saludando al chófer que era el mismo que hacia dos días y el que nos saludó con una gran sonrisa. Hicimos la misma parada rutinaria (esta vez esperando que no nos dijeran que el viaje se anulaba) y volviendo al minibús para continuar nuestro viaje. Llegamos a Halong Bay y después de esperar durante un rato acabamos montados en un barco, con las mesas puestas para poder comer mientras el barco llegaba a la gran bahia (las dos burbujas flipamos, primero por las vistas tan bonitas y luego por el estar en un barco y comiendo en él como gente de alto estanding...jajajaj). Al acabar la comida el barco paró en uno de los poblados flotantes de la bahia y mientra algunos hacian un paseo con las canoas (extra que había que pagar), nosotros esperábamos en el barco disfrutando de las vistas y la conversación que entablamos con uno de los guias, que se interesó por nuestro idioma y por la gran cantidad de pelos que tiene la burbuja macho (los asiáticos son inverves). Al llegar los que habían cogido las canoas, nos dirigimos a una de las tantas montañas que forman esta bahia para ver una cueva, mientras nos ibamos hacia allí empezó a llover y todos se bajaron para no mojarse, menos nosotros (claro), que acabamos sentados con la familia que se encargaba del barco. Al llegar a la montaña y después de subir unas escaleras nos adentramos a una cueva (todo muy bien organizado para el turismo), llena de colores y formas de animales que había hecho la erosión del agua con la roca. La verdad es que fue precioso y disfrutamos. Al acabar el paseo nos volvimos al barco y de allí al minibús de vuelta a la ciudad, disfrutando del paisaje del camino y de las luces esporadicas que salian de las nubes por una tormenta eléctrica.  Esa noche volvimos a tomar unas cervezas con Naam y poco más.
Los dias siguientes a la marcha hacia Ho Chi Min (Saigón), los dedicamos a descansar, escribir y planear nuevos sitios para ver cuando llegáramos a la última ciudad antes de partir hacia Camboya.
El día de la salida, nos despedimos de todos, les dimos las gracias por todo y nos cogimos un taxi para coger el tren. Al llegar a la estación nada estaba señalizado, así que como pudimos preguntamos por donde tendriamos que entrar en el andén y al entenderlo nos dirigimos hacia la puerta número seis. Mientras esperábamos que llegara nuestra hora la burbuja hembra fue a comprar algo de comer para el viaje y al volver nos vino un hombre comentándonos que si ibamos a Saigón teniamos que ir hacia la puerta, éste nos quisó llevar las mochilas hasta la puerta de la entrada al andén (cosa que no le dejamos), nosotros creyendo que era un trabajador de la estación le hicimos caso y nos dirigimos a la puerta, pero al ver que pasaba el tiempo y que la puerta no abria deducimos que ese hombre esperaría algo por su ayuda (que no nos dió), así que cuando abrieron la puerta intentamos evitarlo y no seguirlo en ningún momento, así que encontramos nuestro tren después de cruzar las vias por encima y nuestro vagón sin su ayuda, pero al llegar al compartimento sus palabras fueron las siguientes: OK, MONEY. A la burbuja hembra se le escapó una gran carcajada y con una gran sonrisa le dijo que no habiamos tenido ayuda así que: NO MONEY. Lo tuvimos un rato enfrente esperando algo y al ver que el tren empezaba a llenarse de pasajeros, resignado se fué. Y así empezó nuestro viaje de tres días en tren hasta llegar a Ho Chi Min (Saigón).


Saliendo de Hanoi

Esta es la manera de trabajar de los hombres de este país

Colores para los edificios

Mercado

Protegiéndose del sol


La basura en la nada

Llegando a Halong Bay





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