miércoles, 14 de marzo de 2012

SEGUNDO DIA DE VISITA A LOS TEMPLOS DE ANGKOR

Esa mañana nos levantamos a las cinco y media de la mañana, para poder desayunar algo e irnos con Ziang y su tuk-tuk a recorrer nuevas partes del complejo de Angkor. Como todos los días que íbamos al complejo, teníamos que parar en medio del camino para que nos picaran las entradas.
Esta vez, Ziang nos llevó a un templo pequeño, pero no por eso menos especial. Entramos por una puerta formada de caras y a través de un camino de tierra, llegamos a un templo con una terraza salvaguardada por tigres y serpientes, al lado de este había unas ruinas que parecían unos templos adjuntos al grande; nos adentramos al templo rodeando el centro, donde una monja esperaba, junto a un buda, a turistas que pagaran por encender incienso y ofrecerlo al buda. Así que pudimos esquivarla y empezamos a disfrutar del templo, las dos burbujas nos separamos y tanto uno como el otro nos encontramos con dos chicos que querían practicar inglés, así que cuando nos volvimos a encontrar ya nos seguían cuatro chicos, y después de charlar un rato se fueron, mientras nosotros seguíamos contemplando esos edificios, columnas, bajorrelieves... que formaban parte del templo. Al llegar al final nos vimos rodeados de niñas y niños ofreciéndonos todo tipo de artesanía, (nos hablaron en español, nos hizo mucha gracia), hasta que la insistencia para que compráramos ya era agobiante, así que después de comprarles tres pañuelos por cinco dólares, nos fuimos; en la puerta estaba Ziang esperándonos. Esta vez nos llevó a un templo bastante bien conservado, con dos leones en cada escalera salvaguardando la torre central; el color de este templo era más rojizo, a diferencia de los que habíamos visto hasta ahora; al llegar arriba conocimos a una pareja de españoles, charlamos un poco con ellos y volvimos a bajar para continuar nuestro viaje.
Nos subimos al tuk-tuk del cual no nos bajaríamos hasta al cabo de unas dos horas, Ziang decidió llevarnos a una de las montañas, por el camino nos cruzamos con todo tipo de transportes repletos de gente, bueyes de agua, gente en bici... Al llegar a la zona y antes de que las dos burbujas empezaran a subir la montaña, nos paramos en los restaurantes que hay al pie de la montaña para comer, así que nos sentamos los tres en una de las mesas y después de comer (pollo a las hojas de lima con arroz), empezamos el ascenso a la montaña. Al cabo de una hora más o menos nos encontramos con lo que habíamos ido a ver: un conjunto de piedras talladas en el lecho a lo largo de un río, que también forman parte del complejo de Angkor; a parte de dos trabajadores éramos los únicos que estábamos allí arriba. Después de dar una vuelta y hacer alguna foto, fuimos bajando por otro camino que nos había indicado una trabajadora. La excursión hasta el río fue increíble, íbamos solos por la selva (con un camino bastante marcado...), intentando esquivar las raíces de los árboles que sobresalían de la tierra, viendo como unos palitos podían aguantar una roca, mariposas de todos los colores alrededor nuestro, avispas, mosquitos, orugas y algún que otro animal de los cuales solo oíamos sus movimientos a nuestro alrededor...toda una aventura...jajaja.
Ziang nos esperaba con impaciencia, ya que nos quería llevar a ver el atardecer a uno de los templos donde todo turista iba a disfrutarlo, e íbamos con retraso (algo habitual en las burbujas), al llegar allí tuvimos que subir una cuesta para llegar a un templo donde a primera vista parecía que no hubiera hueco para nadie más, era una grada llena de blancos, más que un templo; aún así nos quedamos a disfrutar de las vistas y del anochecer. Cuando el sol desapareció, la procesión de bajada era espectacular (y eso que no estábamos en la época de más turismo en esta zona). De allí nos volvimos al hostel, ya que a las seis de la tarde cierran el complejo.
 Cansados cenamos algo en el restaurante (comida buena, bonita y lo más importante, barata), hablando de vez en cuando con alguno de los "boongs" y con Ziang, que a parte de dedicarse a trabajar con su tuk-tuk,  también ayudan  en el hostel, donde mejor pueden conseguir clientes, y además aprenden idiomas. Luego nos fuimos a dormir, para levantarnos al día siguiente y disfrutar de nuestro último día de visita.


Puerta del primer templo del día

¿Qué le estaría explicando?...Muy graciosos...

Lateral del templo



La monja y el buda, esperando...

Rodeándoles...!!

Patio interior

Apsaras en las columnas

Contrastes...

Chicos...





...y en las paredes, cada una diferente...

Todo tiene relación con el agua...

El otro...

Leones...

De camino a la montaña...

Donde cabe uno caben diez...

Boda...!

Ziang y su tuk-tuk

...caben diez más...jajja...

El ascenso

¡Qué curioso!

La roca aguantada por palitos...jajajajjaj!!!! Esto si que fue curioso...

Raices...

Las rocas talladas...

Mariposas...





Increible

El agua formaba parte de su cultura...

Esta cara delante de...

...este mini templo


De bajada, disfrutando de la selva..jejej

Donde encontrábamos papeleras...

De vuelta para ver el atardecer...



Llegando al templo

Mientras pasábamos otros de largo...

Desde arriba del templo, esperando el anochecer...



Disfrutando de las vistas...





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